Qué necesitas?
- Jengibre fresco
- Agua
- Miel o limón (opcional)
Paso 1: Preparar el jengibre
Empieza por pelar el jengibre fresco. Puedes utilizar un cuchillo o una cuchara para raspar la piel del jengibre. Recuerda que el jengibre tiene una textura fibrosa, por lo que es importante pelarlo correctamente para eliminar cualquier trozo de piel.
Paso 2: Cortar el jengibre
Corta el jengibre en rodajas finas o en trozos pequeños. Esto ayudará a que se infunda mejor en el agua caliente y se liberen sus propiedades beneficiosas.
Paso 3: Hervir el agua
Pon a calentar agua en una olla hasta que hierva. La cantidad de agua a utilizar depende de cuánta infusión deseas preparar. Por lo general, se recomienda utilizar una taza de agua por cada cucharada de jengibre fresco.
Paso 4: Añadir el jengibre al agua caliente
Añade las rodajas de jengibre o los trozos pequeños al agua caliente. Deja que hierva durante aproximadamente 10 minutos a fuego lento para permitir que los sabores y beneficios del jengibre se liberen por completo.
Paso 5: Colar y servir
Una vez que el tiempo de cocción haya terminado, utiliza un colador para separar las rodajas de jengibre del líquido. Vierte la infusión en una taza y déjala enfriar un poco antes de beberla.
Consejos adicionales
- Si deseas endulzar la infusión, puedes añadir miel al gusto o un poco de jugo de limón para darle un toque ácido.
- Recuerda que el jengibre es una raíz picante, por lo que es posible que prefieras ajustar la cantidad de jengibre según tu gusto personal.
- Si te sobra infusión, puedes refrigerarla y disfrutarla fría más tarde.
Ahora estás listo para disfrutar de una deliciosa infusión de jengibre fresco! Aprovecha sus beneficios para la salud y su sabor único. Salud!