La iglesia según Paolo: Qué imagen utiliza para definirla?
En sus escritos, el apóstol Pablo, también conocido como Paolo, utiliza diversas imágenes para definir la iglesia y transmitir su significado. Una de las imágenes más destacadas es la del cuerpo.
El cuerpo como imagen de la iglesia
Para Paulo, la iglesia es como un cuerpo, donde cada miembro cumple una función específica pero todas las partes son indispensables para su correcto funcionamiento. En su epístola a los Corintios, escribe: “Pues en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo y a todos nos fue dado a beber de un mismo Espíritu. […] Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro recibe honor, todos se alegran con él”.
De esta manera, la iglesia funciona como un organismo vivo, donde cada creyente es una parte esencial, y su bienestar o sufrimiento afecta a todo el cuerpo de creyentes. La cohesión y la colaboración son fundamentales para mantener la salud de la iglesia y cumplir su propósito en el mundo.
La importancia de la diversidad en la iglesia
La metáfora del cuerpo también destaca la importancia de la diversidad en la iglesia. Así como el cuerpo humano está compuesto por diferentes órganos y sistemas que cumplen funciones distintas pero interdependientes, la iglesia necesita de la variedad de dones, talentos, personalidades y experiencias de sus miembros para ser completa y efectiva en su tarea de expandir el reino de Dios.
Paulo afirma en su carta a los Romanos: “Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así también nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”. La unidad y la diversidad no son incompatibles, sino que se complementan y enriquecen mutuamente.
La imagen del cuerpo que utiliza el apóstol Paolo para definir la iglesia resalta la interdependencia, la colaboración y la diversidad como valores fundamentales en la comunidad de creyentes. Cada miembro tiene una función única pero indispensable, y el bienestar o sufrimiento de uno afecta a todos.
Es importante recordar que la iglesia no se limita a un edificio o a un grupo de personas que se reúnen los domingos, sino que representa la comunidad global de aquellos que siguen a Cristo. La metáfora del cuerpo nos anima a valorar y a aprovechar las diferencias y los dones de nuestros hermanos y hermanas en la fe, reconociendo que todos somos indispensables para cumplir la misión de la iglesia en el mundo.
- Referencias:
- 1. 1 Corintios 12:13, 26
- 2. Romanos 12:4-5