La Ilustración fue un movimiento intelectual y cultural que se desarrolló durante el siglo XVIII en Europa. Fue una época en la que se valoró la razón y el conocimiento como herramientas fundamentales para el progreso de la sociedad. Uno de los valores más importantes que promovió la Ilustración fue la tolerancia.
La exaltación de la tolerancia por parte de los ilustrados se basaba en la idea de que todas las personas eran libres e iguales ante la ley y que debían ser respetadas y aceptadas en su diversidad. Esta postura contrastaba con la intolerancia y la opresión ejercida por las monarquías absolutistas y la Iglesia católica, que eran las instituciones predominantes en esa época.
La Ilustración promovió la idea de que la tolerancia era esencial para lograr una convivencia pacífica entre los individuos. Los ilustrados defendían que todas las ideas y creencias eran válidas, siempre y cuando no perjudicaran a los demás. Por eso, fomentaron la libertad de expresión y la liberación de pensamiento, invitando a las personas a cuestionar las normas establecidas y a buscar siempre la verdad a través del debate y la discusión.
Uno de los principales exponentes de la exaltación de la tolerancia durante la Ilustración fue Voltaire, quien luchó incansablemente contra la intolerancia religiosa y la persecución de la Iglesia católica. Voltaire defendía la libertad de conciencia y la separación entre la Iglesia y el Estado como medios para garantizar la tolerancia. Sostenía que cada individuo debía tener el derecho de creer en lo que quisiera y practicar su religión sin ser objeto de discriminación o violencia.
Otro ilustrado que destacó por su defensa de la tolerancia fue Montesquieu. En su obra "El espíritu de las leyes", abogó por la separación de poderes y la pluralidad política como formas de evitar la tiranía y garantizar el respeto a las diferentes opiniones y creencias. Montesquieu consideraba que la diversidad de pensamiento enriquecía a la sociedad y permitía la convivencia pacífica.
La exaltación de la tolerancia por parte de la Ilustración también tuvo impacto en el ámbito de los derechos humanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, es un claro ejemplo de este legado ilustrado. En este documento se establece que todas las personas tienen derecho a la libertad de pensamiento, de expresión y de religión, así como a la igualdad ante la ley, sin distinción alguna.
La Ilustración sentó las bases para la promoción de la tolerancia como valor fundamental de la sociedad moderna. Gracias a ella, se comenzaron a cuestionar los prejuicios arraigados en épocas anteriores y se fomentó el respeto por la diversidad cultural, religiosa y política. La tolerancia pasó a ser vista como una virtud necesaria para construir una sociedad más justa y equitativa, superando los dogmas y las actitudes intransigentes.
Sin embargo, es importante recordar que la tolerancia no implica la aceptación indiscriminada de todas las ideas o creencias. La tolerancia debe ser entendida como el respeto y la aceptación de la diversidad siempre que esta no atente contra los derechos y la integridad de los demás. En este sentido, la Ilustración nos legó un legado que nos insta a seguir luchando por una sociedad más tolerante y respetuosa, en la que todas las personas puedan vivir en igualdad y libertad.
Quest'articolo è stato scritto a titolo esclusivamente informativo e di divulgazione. Per esso non è possibile garantire che sia esente da errori o inesattezze, per cui l’amministratore di questo Sito non assume alcuna responsabilità come indicato nelle note legali pubblicate in Termini e Condizioni
Quanto è stato utile questo articolo? 0Vota per primo questo articolo!