Uno de los síntomas más notorios de la neuritis óptica es la pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos. Las personas afectadas pueden experimentar una disminución significativa en la agudeza visual, lo que dificulta la capacidad de ver claramente los objetos y detalles. Esta pérdida visual puede variar desde un leve deterioro hasta una ceguera total en casos más graves.
Junto con la pérdida de visión, las personas con neuritis óptica pueden experimentar dolor ocular. Este dolor puede variar en intensidad y puede empeorar con el movimiento del ojo afectado. Algunas personas también pueden sentir dolor detrás del ojo o en la frente. Este dolor es causado por la inflamación y la presión ejercida sobre el nervio óptico.
Además, los pacientes con neuritis óptica pueden experimentar una disminución en la percepción de los colores. Los colores pueden parecer desvanecidos o poco saturados, y algunos colores específicos pueden ser más difíciles de distinguir. Este síntoma, conocido como discromatopsia, puede variar en intensidad y puede afectar la calidad de vida de las personas afectadas.
La visión borrosa también es un síntoma común de la neuritis óptica. Las personas pueden tener dificultades para enfocar los objetos, lo que se traduce en una visión difusa y desenfocada. Esta falta de claridad visual puede dificultar actividades diarias como leer, conducir o reconocer caras.
Los cambios en el campo visual son otra característica de la neuritis óptica. Las personas pueden experimentar una disminución en el campo visual, lo que significa que pueden perder la visión periférica. Esto puede llevar a dificultades en la detección de objetos o personas en los lados y puede afectar la capacidad de moverse con seguridad.
Otros síntomas menos comunes pero que aún pueden manifestarse en la neuritis óptica incluyen la fotofobia, que es la sensibilidad extrema a la luz, y los movimientos oculares anormales como el nistagmo, que son oscilaciones involuntarias de los ojos.
Es importante destacar que los síntomas de la neuritis óptica pueden variar de una persona a otra y también pueden variar en intensidad. Algunas personas pueden experimentar síntomas leves que desaparecerán con el tiempo, mientras que otras pueden requerir tratamiento médico para aliviar los síntomas y mejorar la visión.
Si experimentas alguno de estos síntomas o sospechas que puedes tener neuritis óptica, es fundamental que busques atención médica de inmediato. Un oftalmólogo podrá realizar exámenes y pruebas para evaluar tu visión y determinar si la neuritis óptica es la causa de tus problemas visuales. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a prevenir complicaciones y a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.