La sinovitis se produce cuando la membrana sinovial, que normalmente es delgada y produce un líquido lubricante llamado líquido sinovial, se irrita o inflama. Esta inflamación puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es más común en las rodillas, tobillos, caderas y hombros. Además, puede ser aguda, lo que significa que es de corta duración, o crónica, cuando se prolonga en el tiempo.
Los síntomas de la sinovitis pueden variar según la causa y la gravedad de la inflamación. En general, los síntomas más comunes incluyen dolor en la articulación afectada, hinchazón, enrojecimiento, calor y dificultad para mover la articulación. Además, algunas personas pueden experimentar fiebre, rigidez matutina y debilidad muscular.
Las causas de la sinovitis son diversas, y pueden estar relacionadas con enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la gota o el lupus; lesiones en las articulaciones; infecciones, como la artritis séptica; o el uso excesivo de una articulación, como en el caso de la sinovitis de rodilla en corredores o deportistas. Además, ciertas condiciones médicas, como la sinovitis vellonodular pigmentada o la hemofilia, también pueden causar inflamación de la sinovial.
El diagnóstico de la sinovitis se basa en una combinación de los síntomas del paciente, las pruebas físicas y los resultados de los análisis de sangre y las imágenes. Durante la evaluación física, un médico examinará la articulación afectada para determinar si hay hinchazón, dolor y limitación en el movimiento. Además, pueden solicitarse análisis de sangre para detectar signos de inflamación o infección, y pruebas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, para evaluar el estado de la articulación.
Una vez que se ha encontrado la causa subyacente de la sinovitis, el tratamiento puede ser dirigido hacia esa causa específica. Por ejemplo, si la sinovitis es causada por una infección, se pueden administrar antibióticos para eliminarla. Si es causada por una enfermedad autoinmune, pueden recetarse medicamentos inmunosupresores para controlar la inflamación. Además, los médicos pueden recomendar terapia física, uso de hielo, antiinflamatorios no esteroides o corticosteroides para aliviar los síntomas.
En conclusión, la sinovitis es una afección caracterizada por la inflamación de la membrana sinovial que recubre las articulaciones. Puede ser aguda o crónica y se manifiesta a través de síntomas como dolor, hinchazón y dificultad para mover la articulación. Las causas de la sinovitis pueden ser variadas y van desde enfermedades autoinmunes hasta lesiones o infecciones. El diagnóstico se realiza mediante una evaluación física, análisis de sangre y pruebas de imagen, y el tratamiento depende de la causa subyacente. Si experimentas síntomas de sinovitis, es fundamental consultar a un médico para recibir el diagnóstico adecuado y el tratamiento apropiado para tu caso específico.