1. Comprueba la presión de la caldera
Antes de intentar reducir la presión de la caldera, es vital que verifiques primero su nivel actual. Para hacerlo, busca un manómetro en tu caldera, que es el medidor de presión. Asegúrate de que la caldera esté apagada y fría antes de realizar esta acción.
Si el manómetro indica una presión superior a 1.5 bares, eso significa que tienes una presión alta y necesitas actuar para reducirla.
2. Purga los radiadores
Uno de los métodos más comunes para reducir la presión de la caldera es purgar los radiadores. Esto ayuda a liberar el aire atrapado en el sistema de calefacción, lo que puede llevar a un aumento de la presión.
- Apaga la caldera y espera hasta que esté completamente enfriada.
- Coloca un paño debajo del purgador del radiador para recoger cualquier agua que salga.
- Con una llave inglesa o una llave de purga, gira lentamente el purgador en sentido antihorario para abrirlo. Escucharás un siseo a medida que se libera el aire atrapado.
- Una vez que no salga más aire y solo salga agua, cierra el purgador girándolo en sentido horario.
- Repite este proceso en cada radiador de tu sistema de calefacción.
- Enciende la caldera nuevamente y comprueba la presión.
3. Verifica la válvula de llenado
Otra posible causa de una presión alta en la caldera es una falla en la válvula de llenado. La válvula de llenado regulada automáticamente el nivel de agua en la caldera. Si está dañada o falla, puede causar una presión excesiva.
Si sospechas que la válvula de llenado puede ser el problema, consulta el manual de tu caldera para recibir instrucciones específicas sobre cómo solucionar el problema. En caso de duda, contacta a un técnico especializado.
4. Elimina agua del sistema
Si los pasos anteriores no ayudan a reducir la presión de la caldera, puedes intentar eliminar agua del sistema. Sin embargo, esto debe hacerse con precaución y es recomendable contar con la ayuda de un profesional.
- Apaga la caldera y espera hasta que esté completamente enfriada.
- Localiza la válvula de drenaje en tu sistema de calefacción. Por lo general, está cerca de la caldera.
- Conecta una manguera al grifo de drenaje y coloca su otro extremo en un desagüe o un recipiente adecuado.
- Con cuidado, abre la válvula de drenaje y deja que el agua salga lentamente hasta que la presión disminuya.
- No olvides cerrar la válvula de drenaje después de realizar esta acción.
- Enciende la caldera nuevamente y verifica la presión.
Reducir la presión de la caldera no tiene por qué ser complicado si sigues los pasos adecuados. No obstante, si no te sientes seguro o los problemas persisten, siempre es recomendable contar con la ayuda de un profesional.
Recuerda, la presión excesiva en la caldera puede ser dañina para el sistema y requerir reparaciones costosas. Siempre es preferible abordar el problema lo antes posible y evitar consecuencias más graves.