1. Uso incorrecto de la llave
Un error común que puede llevar al deterioro de una cerradura es el uso incorrecto de la llave. Forzarla, introducirla en posición incorrecta o girarla bruscamente pueden dañar los componentes internos de la cerradura, lo que dificultará su funcionamiento e incluso puede llegar a bloquearla permanentemente. Siempre es importante utilizar la llave con cuidado y suavidad para evitar estos problemas.
2. No lubricar la cerradura regularmente
La falta de lubricación es otra causa común de problemas en las cerraduras. Con el tiempo, el polvo, la suciedad y el óxido pueden acumularse en el mecanismo de la cerradura, dificultando su correcto funcionamiento. Para evitar esto, es recomendable lubricar la cerradura al menos una vez al año con un lubricante específico para cerraduras. De esta manera, mantendrás las piezas móviles suaves y reducirás el desgaste.
3. No cambiar los cilindros de forma regular
Los cilindros de las cerraduras son elementos esenciales para su seguridad. Sin embargo, con el tiempo, pueden desgastarse o volverse vulnerables a manipulaciones indebidas. No cambiar los cilindros de forma regular aumenta las posibilidades de un robo, ya que los intrusos pueden haber obtenido una copia de la llave o tener acceso a técnicas de apertura más avanzadas. Se recomienda cambiar los cilindros cada cinco años para garantizar la seguridad de tu hogar.
4. No reparar las cerraduras averiadas
Si notas que tu cerradura no funciona correctamente, es importante que la repares lo antes posible. Ignorar los problemas o posponer las reparaciones necesarias solo empeorará la situación y podría llevarte a arruinar completamente la cerradura. Si experimentas dificultades para girar la llave, si la cerradura se atasca o si notas cualquier otro problema, lo mejor es contactar a un cerrajero profesional para que lo solucione de inmediato.
5. No proteger la cerradura de factores externos
Las cerraduras son susceptibles a diferentes factores externos que pueden afectar su funcionamiento. La exposición prolongada a la lluvia, el sol, el viento o la humedad puede corroer las piezas de metal, comprometiendo la seguridad de la cerradura. Además, la acumulación de suciedad y materiales extraños en los alrededores de la cerradura puede dificultar su correcto movimiento. Para proteger la cerradura de estos factores, es recomendable instalar un protector o cubierta que la resguarde.
Evitar estos errores comunes te ayudará a mantener tu cerradura en óptimas condiciones y prolongar su vida útil. Recuerda utilizar la llave con cuidado, lubricar la cerradura regularmente, cambiar los cilindros cada cinco años, reparar las averías a tiempo y proteger la cerradura de factores externos. De esta manera, mantendrás tu hogar seguro y protegido!