Qué aspecto tienen?
Las hemorroides externas se presentan como pequeñas protuberancias o bultos de coloración rojiza o azulada. Estas venas dilatadas pueden sobresalir fuera del ano y ser claramente visibles e incluso palpables al tacto. También pueden causar sensación de picazón, ardor o dolor en la zona afectada.
Cuáles son los síntomas de las hemorroides externas?
Los síntomas más comunes de las hemorroides externas incluyen:
- Dolor o malestar en el área anal.
- Sangrado durante las deposiciones.
- Sensación de picazón o irritación en la zona afectada.
- Formación de coágulos sanguíneos en las venas hemorroidales (hemorroides trombosadas), lo que puede causar un dolor intenso.
Qué factores contribuyen al desarrollo de las hemorroides externas?
Existen varios factores que pueden contribuir al desarrollo de hemorroides externas, entre ellos:
- Estreñimiento crónico, que dificulta el paso de las heces y aumenta la presión sobre las venas anales.
- Dieta pobre en fibra, lo que puede aumentar el riesgo de estreñimiento.
- Embarazo, debido a los cambios hormonales y al aumento de presión en las venas pélvicas.
- Obesidad o sobrepeso, que ejerce presión adicional en el área anal.
- Permanecer sentado o de pie durante largos periodos de tiempo, lo que puede dificultar la circulación sanguínea adecuada.
Cómo se tratan las hemorroides externas?
El tratamiento de las hemorroides externas suele incluir medidas conservadoras como cambios en la dieta para aumentar la ingesta de fibra, mantener una buena hidratación y evitar la actividad física prolongada. Además, se pueden utilizar medicamentos tópicos o supositorios para aliviar los síntomas y reducir la inflamación.
En casos más graves o persistentes, puede ser necesario recurrir a procedimientos médicos como la ligadura con banda elástica, la esclerosis, la coagulación con láser o la cirugía. Estas opciones más invasivas suelen reservarse para casos en los que el tratamiento conservador no ha sido efectivo.
Las hemorroides externas son una condición incómoda pero tratable. Con cambios en el estilo de vida y la ayuda de medicamentos, la mayoría de las personas pueden aliviar los síntomas y prevenir futuros episodios. Sin embargo, es importante consultar a un médico para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.